28 may 2011

Duelo

La etimología de la palabra duelo, conlleva a dos connotaciones importantes que contribuyen en la conceptualización utilizada en psicología. La primera se refiere al dolor y la segunda al combate o desafío entre dos. Ambas acepciones son fundamentales en el proceso del duelo, ya que la capacidad de una persona para sentir dolor es el inicio del mismo y el combate que se lleva a cabo a nivel intrapsíquico o emocional, conlleva a una futura sanación. Dentro de las manifestaciones emocionales se encuentran distintas etapas por las que atraviesa la persona, siendo éste, un proceso lento y doloroso, pero necesario para la adaptación. (Raya, 2003)


Las etapas según la tanatóloga Elisabeth Kübler-Ross (1969) son las siguientes:


 1) Negación de la realidad y asilamiento

La primera etapa de duelo, la negación de la realidad y asilamiento, permite a la persona que está sufriendo el duelo, recuperarse del desequilibrio que ha experimentado al haberse enterado de la noticia de muerte de un ser querido.


 2) Enojo, ira o agresión

Surgen sentimientos de rabia, coraje, envidia y resentimiento. El doliente comienza a irritarse y quejarse por todo, se pregunta por qué a él. La ira se desplaza por todas las direcciones y se toma todo personal. Kubler menciona que es adecuado que el doliente acepte la ira irracional y la exprese, así podrá ir aceptando la pérdida.

3) Negociación o regateo

El afectado aun sin ser capaz de afrontar la verdad, surge la necesidad de querer llegar a un acuerdo con un ser superior. Con el pacto, el doliente procura superar la vivencia por la que está atravesando.


4) Tristeza o depresión

Esta penúltima etapa la persona vive un  crecimiento emocionalmente, ya que aparecen los sentimientos de tristeza o un cuadro depresivo en donde está consciente de que la persona ha fallecido y que no volverá con ella por más pactos o agresión que exprese por su pérdida.


5) Aceptación


Esta quinta fase llega cuando se ha experimentado las demás. La persona afectada experimenta sentimientos de cansancio y debilidad, y por ello siente necesidad de dormir o descansar. Empieza a experimentar cierta paz, sin embargo, la aceptación no es sinónimo de felicidad, aunque la persona de a poco de va recuperando y adaptándose a la vida.

Las etapas del proceso de duelo no poseen una duración en específico, ya que cada persona lo vive de forma diferente

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